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Parece que nos inclinamos hacia un mundo hecho por y para los adultos, donde los niños quedan reducidos a espacios muy concretos y solo interesan como consumidores.

Hemos perdido la perspectiva del niño y solo queremos entender la del adulto.

¿Dónde está el respeto a la infancia?

No hay un mundo de adultos y un mundo de niños, es el mismo.

Seguro que te ha tocado escuchar frases como "le haces demasiado caso", "se te va a subir a la parra", "deja que se enfade, ya se le pasará", "tiene mamitis"... y te has sentido en la obligación de dar explicaciones para justificar cómo das amor. Amar no es mimar. Hacer que se sientan cuidados, queridos y presentes no es mimar: es darle el lugar que les corresponde.

 

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